Una mejor programación del riego es la vía más adecuada para adaptarse a futuros riesgos climáticos. El aumento de la eficiencia en el uso del agua permitirá enfrentar limitaciones de recursos hídricos y una mayor variabilidad climática.
Según el último informe del IPCC el Cambio Climático significa un riesgo importante para la agricultura.
Particularmente, la agricultura de regadío puede enfrentarse a una disminución importante de la disponibilidad de recursos hídricos. Por otra parte, el aumento de las temperaturas podría incrementar las necesidades de agua de los cultivos. En estas circunstancias, optimizar el regadío y aumentar la eficiencia del uso del agua es un imperativo.
Para conseguir una mejor programación del riego hay que optimizar los dos componentes esenciales: ¿Cuánto regar? y ¿Cuándo regar?
La mejor programación del riego es aquella en la cual el agua de riego se basa en las características del suelo.
La “Capacidad de Campo” (CC) es la humedad máxima que un suelo puede retener.
La CC se estima como la humedad de una muestra de suelo a una presión de -0,33 bar.
La “Capacidad de Campo” depende de la textura del suelo, pero también de su estructura, contenido de materia orgánica, etc.
El riego debe suministrar agua al suelo sólo hasta llegar a la Capacidad de Campo. El resto del agua de riego serán mayormente pérdidas por infiltración.
Por otra parte, el “Punto de Marchitez” (PM) es la humedad del suelo a partir de la cual el cultivo no puede seguir extrayendo agua. Se estima como la humedad de una muestra de suelo a una presión de -15 bar.
El Punto de Marchitez es un extremo indeseable. Es por eso que se introduce el “Nivel de Agotamiento Permisible” (NAP). El NAP es usualmente el 60 o el 80% del PM, o el 50% en cultivos de alto valor.
La dosis máxima de riego (¿Cuánto regar?) puede estimarse de:
Dr (mm) = Pr . ( CC – PM) . NAP / Ea
donde Pr es la profundidad de las raíces del cultivo en el momento del riego y Ea es la eficiencia de aplicación.
Aunque se haya regado por encima de las dosis máxima recomendada, en unas 24 o 48 horas, la humedad estará de nuevo cerca de la CC.
El cultivo irá consumiendo el agua acumulada en el suelo, a través de lo que se conoce como evapotranspiración (ETc), la suma de la transpiración desde las hojas y la evaporación desde el suelo.
La ETc puede calcularse a partir de datos meteorológicos y coeficientes de cultivo previamente determinados.
La ETc para los cultivos y regiones de España y otros países se ofrece regularmente, como un servicio gratuito a los regantes.
El déficit de agua en el suelo (DAS) es la diferencia entre la humedad actual del suelo y el Punto de Marchitez o el NAP escogido.
El momento del riego es cuando el DAS se aproxime al NAP escogido, debido al consumo de agua por el cultivo.
Para saber el momento de riego debe conocerse la humedad del suelo.
Muchos sistemas de riego, particularmente los automatizados, utilizan sensores de humedad. Los sensores son muy útiles para estimar el momento preciso en que el contenido de agua en el suelo se aproxima al NAP, pero son muy caros.
Una alternativa sencilla es estimar la humedad del suelo por el método del balance, considerando las entradas y salidas de agua en el suelo.
Ignorando la infiltración y la escorrentía, la humedad del suelo en el día d (Hd) es igual a la del día anterior (Hd-1), más la lluvia (LL) o riego (R) y menos la evapotranspiración (ETc):
Hd = Hd-1 + R + LL – ETc
Siguiendo este balance diariamente se sabrá cuándo el déficit DAS se acerca al NAP y por lo tanto cuándo se debe regar.