La generación de electricidad es el sector que más contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel internacional. Según el 6º informe del IPCC, las emisiones GEI por la generación eléctrica representan aproximadamente el 35% del total.
Las emisiones GEI anuales debidas a la generación de electricidad se han acelerado anualmente desde el 1,7% de la década de 1990-2000 a 3,1% del 2000 al 2010. Esto se debe al rápido crecimiento económico de países como China y al incremento en el porcentaje de carbón en el combustible empleado para la generación.
Aún hay esperanzas para un cambio de tendencia. Las emisiones GEI por la generación eléctrica se han reducido en la última década en muchos países. Esto se ha logrado a partir de incrementar el porcentaje de renovables en el combustible utilizado. Reducir el uso de combustibles fósiles para la generación de energía eléctrica resulta vital para mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 2ºC, según lo estipulado en el Acuerdo de París.
Sin embargo, según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), para cumplir el objetivo del Acuerdo de París el porcentaje de uso de energías renovables en la generación de electricidad debería subir del 15% actual hasta el 65%.
Abajo mostramos las emisiones GEI de los 25 países mayores emisores. Se ofrecen las emisiones GEI por país desde 1970 hasta la presente década, según los datos del Banco Mundial.
Datos de {{cname}}
Emisiones anuales de CO2 (en Mt)
% de generación eléctrica empleando combustibles fósiles
Emisiones GEI por la generación eléctrica – Energías renovables
Los países de Europa, incluidos en esta lista de mayores emisores, han reducido sus emisiones GEI significativamente en los últimos años. Además, los países europeos han incrementado el empleo de energías renovables para la generación eléctrica, disminuyendo el uso de combustibles fósiles.
Los países europeos son importadores netos de petróleo, gas y otros combustibles fósiles. Por lo tanto, cambiar a energías renovables es una estrategia adecuada. Los países productores de petróleo, como Rusia o Arabia Saudí, aún dependen de los combustibles fósiles para la generación de electricidad.
El uso específico de energías renovables cambia de un país a otro. Francia, por ejemplo, apuesta por una combinación de energía nuclear con hidráulica. En Reino Unido, España y Alemania hay una clara preferencia por la energía eólica.
Las buenas noticias vienen de Estados Unidos y China. Estos dos países son los mayores emisores GEI, con más del 40% del total mundial. Ambos han reducido el empleo de combustibles fósiles para la generación eléctrica. Las emisiones GEI al menos no han aumentado al ritmo de años anteriores.
Las malas noticias vienen desde India, Irán, Brasil y otros países emergentes. En esos países se ha incrementado el uso de combustibles fósiles en la generación eléctrica, así como las emisiones GEI. Los países en desarrollo merecen crecer económicamente a ritmos mayores que los países desarrollados. No obstante, tienen ante sí el reto de combinar ese crecimiento con la reducción de emisiones GEI. El Acuerdo de París es el marco adecuado para establecer los planes al respecto.
Se ha conseguido reducir las emisiones GEI por la generación eléctrica, aumentando el uso de energías renovables. Sin embargo, aún estamos lejos de conseguir los objetivos del Tratado de París. Las organizaciones de defensa del medio ambiente y el público en general debemos jugar un papel más importante. Debemos presionar a gobiernos e industrias para aumentar el empleo de energías renovables y reducir el uso de combustibles fósiles.